Leonardo da Vinci
Ramón
Gaya, en su faceta de pensador, nos dice sobre el aspecto trascendente del arte:
«El escéptico puede decir cosas, incluso cosas valiosas, pero no puede crear. El escéptico puede hablar desde un último reducto de su vanidad, por la vanidad de expresarse. Pero la creación verdadera, que no es nunca vanidad, ni expresión, no puede brotar de ahí. Ser creador es... creer.» El mal llamado creador –que en realidad no es más que un intermediario–, cree porque ha visto cómo, de qué modo suceden las cosas; su fe se sostiene sobre una prueba. Ahora sabe que no es él, y esa toma de conciencia lo baja del trono sobre el que creía reinar y lo pone en su sitio, para que pueda ejercer su gobierno el verdadero monarca. En esa actitud dócil, receptiva, en esa ausencia de conflicto, el arte encuentra su mejor oportunidad de ocurrirle al artista".
Simon Vouet
«El arte es religión, la religión arte, no relacionados, sino la misma cosa»
Ananda Coomaraswamy.
El arte no es una elección, el arte es destino, por
eso la manera de estar en el mundo del artista es crear, y
la creación sucede a través de él sin más propósito o virtud
que los que puedan atribuírsele a la araña como
constructora de su tela o a la flor como dispensadora de
aroma. Ahí no hay gusto por la exhibición, y tampoco
hay motivo en el empeño, más allá de una necesidad todopoderosa.
El poeta está pagado con el gusto de su propio
trabajo, ese será su alto jornal, por decirlo con
palabras de un maestro, Claudio Rodríguez. El poeta escribe
porque algo le obliga y lo seduce, sin otro fin que
la misma creación, de la misma manera que el hombre se
enamora.
Nuestros padres los griegos, haciéndose eco de una
preciosa leyenda antigua –recordada por Walter F.
Otto en su libro «Las Musas»–, aseguraban que «sólo son
poetas aquellos sobre cuyos labios, estando en la cuna, volaron
abejas.»
El arte es sagrado, su origen está siempre más allá del
hombre que lo incorpora al mundo, quiera o no quiera,
sepa o no sepa reconocerlo el artista. «El arte es religión,
la religión arte, no relacionados, sino la misma cosa», afirma
Ananda Coomaraswamy.
Y en efecto, el místico y el artista están muy próximos, los dos han tenido un vislumbre del Misterio que los crea y los gobierna y, a partir de ese momento, se interesan tan sólo por la Verdad, por la Verdad del Arte, por la Verdad de la Vida, por eso no pueden fabular, sino atender, por eso no pueden construir, sino desvelar. El poeta es un bhakta, un devoto, un adorador, porque sabe que lo debe todo, que su misma posibilidad de ser depende por completo de la Gracia. Ha visto que no tiene nada propio que le sirva, y así renuncia a sus palabras muertas y yace a los pies de su Señora con arrobo, la atiende y la propicia, suspirando por una sola de sus palabras vivas: por una lágrima tuya, qué alegría, me dejaría matar. Sin ese loco amor encandilado y sin la fe que lo sostiene, la epifanía no puede suceder, aunque ese amor no siempre sea, por sí solo, causa suficiente para que el milagro ocurra. En su hermoso libro sobre las tendencias místicas del Islam, cuenta Anne Marie Schimmel que, entre los derviches, se tenía por cierto que ni el ángel mismo de la muerte podía interrumpir al devoto durante su plegaria ritual. Cuando esa plegaria alcanza un cierto grado de intensidad, el fiel se disuelve, se hace uno con su decir enamorado y con Aquel que lo motiva. Sobre lo que allí queda en pie, la muerte ya no tiene autoridad. Ese es el clima en que el poema encarna.
Vicente Gallego, Dos Aguas, 25 de julio, 2006
¡El arte! ¿Qué haríamos sin la belleza del arte!!!
ResponderEliminarBesos
Me parecieron textos muy buenos y muy claros: El arte es sagrado, su origen está siempre más allá del hombre que lo incorpora al mundo, quiera o no quiera, sepa o no sepa reconocerlo el artista...
EliminarEl arte y todo lo demás ...
No me lo imagino, Maite. Suerte que podemos disfrutarlo.
Un beso y ¡buen fin de semana!
Yo no sé de donde sacas todo esto...
ResponderEliminarEres tan culta...
Besos.
:)
EliminarLo saco de donde voy leyendo ...
Pero, ¡Toro!!!, no me digas eso, me considero aprendiz ... y aprendo muchísimo con y de Toro Salvaje ... :))
Gracias. Un beso, TOROSOL.