Montserrat Gudiol
Ahora, Señor, despide
a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra,
porque han visto mis ojos
tu salvación,
la cual has preparado en presencia
de todos los pueblos.
Lucas 2, 29 - 30.
Gabriel Fauré: Requiem.
Maravilloso.
Yo pongo mi esperanza en Ti, Señor, y confío en tu palabra.
(Sal. 121)