Montserrat Gudiol
Ahora, Señor, despide
a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra,
porque han visto mis ojos
tu salvación,
la cual has preparado en presencia
de todos los pueblos.
Lucas 2, 29 - 30.
Gabriel Fauré: Requiem.
Maravilloso.
Yo pongo mi esperanza en Ti, Señor, y confío en tu palabra.
(Sal. 121)
Qué entradas más contundentes haces últimamente y te lo digo desde la esperanza y la confianza y también del cariño que te tengo.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
EliminarSabes que el cariño y la confianza son recíprocos.
Oh, el Requiem , qué maravilla. Espero que no se te haya muerto nadie.
ResponderEliminarBesos.
:)
EliminarNo, lo dejé para recordar a los que se han ido ...
Un beso, Celia.
Eso pido: que todos veamos su salvación. Me encanta este requiem. Gracias amiga.
ResponderEliminarGracias a ti.
EliminarUn besazo.
Seré rara, Rosa, pero me encnatan los Réquiem (el de Mozart el que más).
ResponderEliminarDesconozco la biblia, pero me ha parecido una cita muy poética y bella.
Ha de ser un gran consuelo ser creyente. Y una gran paz.
Besos, querida amiga.
A mí también me encantan, y el de Mozart es sublime.
EliminarSon las palabras de Simeón, después de coger en brazos al niño Jesús ...
Jesús presentado en el templo ...
" ... él tomó al Niño en sus brazos, y bendijo a Dios y dijo: Ahora, Señor, permite que tu siervo ...
Paz y consuelo para todos ...
Un beso, querida Verónica.
Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo y un beso, querida amiga.
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