La hora más oscura es cuando está por amanecer...
Dios nos habla cuando quiere, como quiere y donde quiere, pero nunca falta a la cita de nuestra vida, nunca nos deja de su mano. El remedio infalible para que nos escuche, es la oración confiada y humilde.
San Pedro Poveda, encontró en los cristianos de la primitiva Iglesia, la referencia obligada para el creyente. En el prólogo a su obra Vivir como los primeros cristianos, aparecen estas palabras:
"Seguidores del Camino", fueron llamados en algún momento. Vivieron una vocación arrolladora, pero el camino que hubieron de recorrer fue arriscado, nada fácil. Por dentro, porque seguían unas huellas atisbadas pero no vistas. Hacia afuera, porque resultaban provocadores sin proponérselo. Desestabilizaban. Eran incómodos por su modo de ser y de estar, misteriosamente libre y operante, transformador. Cambiaron el rumbo de la Historia, lo dieron la vuelta, lo hicieron girar justamente en la dirección contraria a la que iba. Los despreciados, los perdedores, los vencidos, acabaron siendo los vencedores. [...]
Vivir como los primeros cristianos, transformarse para transformar, ¿una utopía?
Pero ¿no es a la utopía a lo que tiende la conciencia profunda del hombre de hoy, dolida de carencias, de desencantos ante una Humanidad inmisericorde e injusta con la propia Humanidad?".
Los primeros cristianos para solventar el problema de la persecución, señalizaban los lugares con el pez.
Se trata de un acróstico de la palabra pez en griego "ijzus" que significa: Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador.
Los primeros cristianos, nos dice Pedro Poveda, eran hombres y mujeres de fe, eran cristianos sin fingimiento, estaban llenos del espíritu de Jesús, eran hermanos de todos, tolerantes y alegres, pacíficos y humildes, diligentes y audaces para el bien y perseverantes en la oración y en la fracción del pan.
Nos interpela:
"Y perseveraban en las oraciones, que son la respiración del alma.
Los efectos maravillosos de aquella oración de las catacumbas, aquel valor, aquella firmeza en la fe, aquella intrepidez santa, se consiguen con la oración perseverante [...]
Para saber lo que Dios quiere de nosotros, hay que orar; para ser como él quiere que seamos, hemos de orar [...]
Ten la seguridad de que Dios escucha a quien humilde y confiadamente persevera en sus ruegos, y no juzgues de la eficacia de la oración por la prontitud en conseguir lo que deseas [...]
Nos anima:
¿Qué nos detiene para orar ¿Por qué no insistimos en nuestras súplicas? ¿Qué pobre deja de pedir cuando tiene la seguridad de alcanzar lo que pide?
¿Necesitáis? Pues para que se os dé, no hace falta sino que pidáis.
¿Qué queréis hallar? Lo que pretendéis hallar lo hallaréis buscándolo.
¿Suspiráis porque se os franqueen las puertas de la misericordia del Señor? Llamad y se os abrirá.
No cabe quejarse y culpar a nadie de nuestros males, porque si no recibimos, es porque no pedimos; si no hallamos, es porque no buscamos; si no se nos abre, es porque no llamamos.
Y confiesa:
Siempre que yo dejé de recibir lo que necesitaba, fue porque dejé de pedir, y cuantas veces no hallé lo que deseaba, fue porque no lo busqué, y siempre que encontré cerradas las puertas, fue porque no llamé.
Días, meses y años perdidos, porque en ellos no hice oración; días, meses y años careciendo de todo lo bueno y plagado de miserias, porque no oré.
Pidamos al Señor todo, desde el pan nuestro de cada día hasta el pan celestial de su divino cuerpo; y pidamos seguros de que obtendremos lo que pedimos.
Rosa hermanita me gustarìa aplaudir lo que nos compartìs ! es asi hermanita ! es asi !
ResponderEliminarGraciassssssssssssssssss !!!
Què belleza lo que nos compartìs !!
Cuanto nos da la oraciòn ! cuanto ! nos hace entrar en comuniòn con Nuestro Señor y Hace Feliz a Nuestra Virgen Santisima !
Rosa te dejo aqui mensajes pero tus blog son bellisimos y benditos *
te quiero mucho hermanita !
besos y un abrazo de corazòn a corazòn *
Què tengas una feliz y muy bendecida semana *
Bendita seas en cada amanecer *
Paz y Bien *
Tienes razón, Julieta, ¡cuánto nos da la oración!
EliminarGraciassssss a ti, yo también te quiero mucho, dulce Julieta.
Un beso, de corazón a corazón. ¡¡¡Feliz semana para ti también!!!
Que razón tienes Rosa, no somos constantes, nos falta fe.¡Que pobres somos! mejor dicho que auto suficientes somos, si fuéramos pobres verdaderamente pediríamos desde lo más profundo de nuestro ser.¡Gracias! Muy hermoso tu post, la imagen increíblemente bella.
ResponderEliminarUn abrazo. Dios te bendiga.
Me ha encantado lo que dices, Marian: "si fuéramos pobres verdaderamente pediríamos desde lo más profundo de nuestro ser"; es verdad, ¡qué razón tienes!
EliminarMuchas gracias, querida Marian, por tu compañìa.
Rosa, como todo lo que nos traes de san Pedro Poveda, es contundente. Para meditarlo.
ResponderEliminarTambién Benedicto XVI está insistiendo en volver al espíritu de los primeros cristianos.
Realmente, es haciendo oración y frecuentando los sacramentos, como conseguiremos fuerzas para darle la vuelta como un calcetín a esta sociedad en la que vivimos.
Gracias y un abrazo, amiga.
Contundente, como los primeros cristianos.
EliminarUn beso, amiga.