Ser santo significa vivir cerca de Dios...y la aventura de la santidad comienza con un sí a Jesús de Nazaret...
En la familia...
En la familia...
En el trabajo...
En nuestras relaciones...
En las redes sociales (de esto he tardado en darme cuenta ... me he dormido en los laureles...pero Dios nos regala amigos del alma...).
En todo...
Los hombres y las mujeres de Dios son inconfundibles...
Los hombres y las mujeres de Dios son inconfundibles. No se distinguen porque sean brillantes, ni porque deslumbren, ni por su fortaleza humana, sino por los frutos santos, por aquello que sentían los apóstoles en el camino de Emaús cuando iban en compañía de Cristo resucitado a quien no conocían, pero sentían los efectos de su presencia [...]
Habéis de trabajar, orar, sufrir, como si todo el fruto dependiera de vuestro esfuerzo, pero persuadidos de que ni el que planta es algo, ni el que riega; que nada podréis por vosotros mismos; que Dios es el que da el fruto. A Él habéis de encaminar toda la gloria, a Él debéis referirlo todo, de Él debéis esperarlo todo. Lejos de vosotros la vanidad, la presunción y hasta la satisfacción, si veis el fruto. Mirad que todo es de Dios; temed arrebatarle la gloria que le pertenece. Tened sólo un anhelo; que toda la gloria sea para el Señor, cuyo es el fruto, cuya es la virtud, la potencia, la eficacia.
Así ha de ser vuestra vida: toda de Dios. Pero siendo de Dios toda, ha de distinguirse por su carácter eminentemente humano, el cual, informado por una vida toda de Dios, se perfecciona, pero no se desnaturaliza.
Vida henchida de Dios. Sí; del Dios que hizo lo humano para perfeccionarlo y no para destruirlo.
Yo quiero, sí, vidas humanas; pero como entiendo que estas vidas no podrán ser cual las deseamos si no son vidas de Dios, pretendo comenzar por henchir de Dios a los que han de vivir una verdadera vida humana..
La Encarnación bien entendida, la persona de Cristo, su naturaleza y su vida dan, para quien lo entiende, la norma segura para llegar a ser santo con la santidad más verdadera, siendo al propio tiempo humano con el humanismo verdad.
San Pedro Poveda
Mi oración por todos los santos.
"¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!" (san Lucas 11, 27-28), todos estamos llamados a la santidad, una maravillosa aventura... una aventura segura... descubrir a Jesucristo...
Muchas gracias,Rosa, por regalarnos este texto de san Pedro Poveda. Me sirve para meditarlo a lo largo del día. Sí, los hombres y mujeres de Dios son inconfundibles...
ResponderEliminar¡Feliz y santo día!
Un besazo, amiga.
Gracias a ti, querida amiga.
Eliminar¡Feliz y santo día para ti también!
Un beso.
Un día grande para el recuerdo y lleno de bellas imágenes y palabras: las tuyas.
ResponderEliminarQuerida Tracy, confiémos en Jesús, que Él nos enseña la ruta a seguir...
Eliminar¡Feliz día, amiga del alma!
Qué gran entrada Rosa, me ha encantado. Mil gracias. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Gracias a ti, Pepe.
EliminarUn abrazo para ti también.