domingo, 31 de marzo de 2013

¡Feliz Pascua!




Resurrección de Cristo. Bartolomé Esteban Murillo.



"Él había de resucitar de entre los muertos"
Juan 20, 1-9



¡Cristo vive! ¿Qué podemos temer?

¡Feliz Pascua de Resurrección!




  


O Filii et filiae, es un himno para la celebración del misterio de la Pascua, escrito por Jean Tisserand.





viernes, 29 de marzo de 2013

Viernes Santo







León vive con devoción la Semana Santa. Este año y el anterior,  la mayoría de las procesiones no han salido debido a la lluvia. Hoy el Nazareno ha recorrido las calles leonesas.  La procesión se ha retirado una vez finalizado el acto del Encuentro entre la Dolorosa y san Juan. 

La Semana Santa de León ha logrado que todos los días de la Pasión estén representados, y hoy, esta mañana, se extiende sobre la ciudad el manto negro (los papones negros) de la procesión de "Los Pasos", que organiza la cofradía de Dulce Nombre de Jesús Nazareno.

Durante toda la noche, desde que la esquila y el tambor anunciaran la ronda en la plaza de San Marcelo entre el último y el primer minuto del nuevo día, la cofradía ha ido llamando a todos sus miembros por toda la capital con esa frase que tanto emociona a los papones de "Levantaos hermanitos de Jesús, que ya es hora".

La procesión, con trece pasos, tomó las calles a las siete y media de la mañana. A esa hora, en la "amanecida", la primera luz del Viernes Santo iluminó la salida del titular de la cofradía, Jesús Nazareno, de su capilla de Santa Nonia. Es un momento irrepetible, cargado de emoción. El sentimiento y la devoción que esta imagen de nuestro Señor despierta cuando camina por las calles de León es indescriptible. Es Cristo que pasa.

Es atribuida  a Gregorio Fernández.


Salida  del Nazareno







La Madre Dolorosa de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno es, como la apodaba el cronista de León Máximo Cayón Waldaliso, la "Pena Bonita" de la procesión de los Pasos. Es una obra de Víctor de los Ríos.

En la Plaza Mayor se produce el tradicional Encuentro entre la Dolorosa y San Juan; la plaza está abarrotada de gente guardando sitio desde varias horas antes de la madrugada, pues no se cabe con más de 4.000 papones y los trece pasos con sus correspondientes bandas de música. Sobre las 9.30 llegan por distintas calles la Dolorosa y san Juan, las bandas no paran de tocar, y con una reverencia se arrodillan los portadores del paso de San Juan ante la Dolorosa, mientras todos los demás pasos son "bailados a hombros" al son de la música. Es un acto muy emotivo. Es el sentir de un pueblo que se postra ante la Reina de los cielos.


El Encuentro de la Virgen Dolorosa y san Juan, ante la mirada del Nazareno.









El Santo Entierro sí ha podido procesionar por la tarde, con la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Vera Cruz.

El Descendimiento es el conjunto artístico más grande y pesado de la Semana Santa de León,  que es pujado a hombros. Si bien, originalmente, se concibió para ir sobre una carroza con ruedas, desde 1989 es portado  por sus braceros. El grupo está formado por las figuras de San Juan y José de Arimatea, que portan el cuerpo muerto de Jesucristo;  la Virgen Dolorosa contempla la escena sentada, sosteniendo los clavos de la crucifixión en su mano; María Magdalena mira a la Virgen e inicia su caminar hacia ella; María Salomé, inmóvil al pie de la cruz, sostiene en sus manos la corona de espinas, y Nicodemo, desde lo alto de la cruz, observa toda la escena. 

El Descendimiento es obra del taller de Víctor de los Ríos.







El Viernes Santo es una continua procesión por las calles leonesas.




Modismos, palabras, sentimientos, devoción, pasión... tradición. La Semana Santa leonesa tiene  un peculiar vocabulario que pasa de padres a hijos, de papones a papones, en una enigmática tradición oral que, sin apuntes ni diccionarios, ha sabido conservarse durante décadas.


Papón: Término exclusivamente utilizado en León para designar a los cofrades.
Paponines: Niños papones (diminutivo).





miércoles, 27 de marzo de 2013

Alabanzas de san Francisco

San Francisco abrazando a Cristo crucificado (detalle). Bartolomé Esteban Murillo



ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO 

Tú eres el santo, Señor Dios único, el que haces maravillas.
Tú eres el fuerte, tú eres el grande,
tú eres el altísimo, tú eres el rey omnipotente;
tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses;
tú eres el bien, todo bien, sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.




San Francisco de Asís, Francisco de Zurbarán



Tú eres el amor, la caridad; tú eres la sabiduría,
tú eres la humildad, tú eres la paciencia,
tú eres la hermosura, tú eres la mansedumbre;
tú eres la seguridad, tú eres la quietud, tú eres el gozo,
tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres la justicia,
tú eres la templanza, tú eres toda nuestra riqueza a saciedad.
Tú eres la hermosura, tú eres la mansedumbre,
tú eres el protector, tú eres nuestro custodio y defensor;
tú eres la fortaleza, tú eres el refrigerio.




San Francisco de Asís, Claudio Coello


Tú eres nuestra esperanza, tú eres nuestra fe,
tú eres nuestra caridad, tú eres toda nuestra dulzura,
tú eres nuestra vida eterna, grande y admirable Señor,
omnipotente Dios, misericordioso Salvador.


San Francisco de Asís






San Francisco de Asís, para conmemorar la Pasión de Jesús, elaboró una selección de textos tomados de la Biblia. Él consideraba la recitación de aquellas palabras el mejor modo para comprender cuánto había padecido Cristo.



 


lunes, 25 de marzo de 2013

Una Iglesia pobre para los pobres








Transcribo esta entrada del blog Blogueros con el Papa,  realizada por D. Joan Carreras, porque me parece muy acertada para aclarar las palabras del Papa Francisco:


¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!

Esta frase, dicha con el corazón en la mano, fuera de todo discurso preparado, ha sido la comidilla en las redes sociales y en los medios de comunicación.

¿Qué ha querido decir el Papa Francisco? ¿Cómo interpretar sus palabras? Hay dos modos de hacerlo que me parecen inviables.

El primero es el de quienes interpretan la pobreza en clave sociológica y económica. Ésa fue la vía que siguieron muchos en los años inmediatamente sucesivos al Concilio. Ésa fue la teología de la liberación. Ése fue el camino que llevó a comprender la Iglesia desde una perspectiva chata y horizontal. La Iglesia samaritana. Una Iglesia que debería desembarazarse de todas sus posesiones y riquezas y donarlas a los pobres. Con los tesoros del Vaticano se acabarían los males del planeta.

En su primera homilía -la que pronunció el jueves 14 de marzo- el Papa dejó muy claro que la Iglesia no es una ONG y que su misión no es la de salir al encuentro de las necesidades económicas de los pobres. No es que excluyera las ayudas materiales, pero en todo caso subrayó que su misión es espiritual: confesar a Cristo y a éste en la Cruz.

El segundo modo de interpretar las palabras del Papa consistiría en emplear exclusivamente una noción ascética de pobreza. Pobres serían aquellos que viven el desprendimiento cristiano. La pobreza de la que hablaría Francisco es una virtud moral que nada tendría que ver con el hecho de tener o no tener medios económicos. La virtud de la pobreza sería una cuestión espiritual y ascética. Un supermillonario podría ser mucho más pobre que un mileurista vicioso y apegado a sus pocos bienes. No se puede juzgar por las apariencias.

Los que añoran el período postconciliar y manipularon las enseñanzas del Concilio para emplearlas con fines políticos y revolucionarios intentarán quizá apoderarse de las palabras del Papa Francisco para un proyecto pastoral evidentemente fallido y estéril.

Los que están bien como están en la actualidad, se sentirán incómodos con las palabras del Papa, porque pensarán que supone un cambio de concepto de pobreza; un abandono de la noción ascética y espiritual.

Sin embargo, es evidente que cuando el Papa habla de los pobres no está utilizando una expresión ascética, sino un concepto que es evidente para todos. Hay que encontrar lo que los escolásticos llaman el analogado principal (anologatum princeps) y los sociólogos el paradigma: comúnmente se entiende por pobre aquel "Que no tiene lo que necesita para vivir o desarrollarse o tiene muy poco" (1). Olvidarnos de esta noción común, sustituyéndola por una de naturaleza espiritual, podría ser una manera de escamotear las exigencias de justicia que hay en el mundo. El ejercicio de la caridad comienza por satisfacer las exigencias de la justicia.

Pero el paradigma no excluye ninguna de las formas de pobreza que se contiene en ese nombre: el Papa Francisco ha hablado recientemente al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y ha vuelto a retomar este argumento central en su pontificado y que ha sido la razón por la que ha adoptado el nombre de Francisco:
"Como saben, son varios los motivos por los que elegí mi nombre pensando en Francisco de Asís, una personalidad que es bien conocida más allá de los confines de Italia y de Europa, y también entre quienes no profesan la fe católica. Uno de los primeros es el amor que Francisco tenía por los pobres. ¡Cuántos pobres hay todavía en el mundo! Y ¡cuánto sufrimiento afrontan estas personas!" (fuente).
No cabe duda: la Iglesia pobre está al servicio de los pobres en un sentido paradigmático y no sólo espiritual. Los pobres del llamado tercer mundo y también los pobres del mundo occidental:
"Pero hay otra pobreza. Es la pobreza espiritual de nuestros días, que afecta gravemente también a los Países considerados más ricos. Es lo que mi Predecesor, el querido y venerado Papa Benedicto XVI, llama la «dictadura del relativismo», que deja a cada uno como medida de sí mismo y pone en peligro la convivencia entre los hombres. Llego así a una segunda razón de mi nombre. Francisco de Asís nos dice: Esfuércense en construir la paz. Pero no hay verdadera paz sin verdad. No puede haber verdadera paz si cada uno es la medida de sí mismo, si cada uno puede reclamar siempre y sólo su propio derecho, sin preocuparse al mismo tiempo del bien de los demás, de todos, a partir ya de la naturaleza, que acomuna a todo ser humano en esta tierra".

Sin embargo, ¿qué significa el adjetivo pobre cuando se predica de la Iglesia? El término pobre, ¿debe usarse en ese sentido paradigmático o común? Supongo que no tardaremos mucho en poder responder a esta pregunta con palabras del mismo Papa Francisco. Seguro que lo explicará. Sin embargo, en espera de ese momento, yo prefiero señalar que aquí debemos usar el término escriturístico de la pobreza espiritual.

Recomiendo la lectura de unas páginas magistrales del Papa emérito Benedicto XVI, en su libro Jesús de Nazaret: escojo estas palabras que muestran la evidencia: que el concepto de Iglesia pobre no es una novedad teológica. "La Iglesia en su conjunto debe de ser consciente de la necesidad de seguir siendo reconocible como la comunidad de los pobres de Dios" (2). Aquí no estamos empleando un concepto sociológico: los pobres de Dios son aquellos que viven las bienaventuranzas y tan pobres son los que carecen de todo como aquellos que son ricos en propiedades pero viven una vida austera al servicio de los demás. Los que viven el espíritu del Padrenuestro: que viven y se alimentan de la Palabra de Dios y del pan de cada día. Los que tienen las manos vacías y se presentan así ante Dios: porque todo lo dan y todo lo esperan recibir de Él.

En todo caso, lo que tengo yo absolutamente claro es que el Papa Francisco no emplea de manera dialéctica el término pobre, para confrontarlo y oponerlo a los ricos. Los problemas de este mundo no se arreglan con revoluciones, intentando quitar el dinero de los ricos para dárselo a los pobres. La solución está en la conversión del corazón y en ser pontífices, es decir, personas que tienden puentes y construyen paz. Estas palabras de Francisco están dirigidas al cuerpo diplomático, pero nos las podemos aplicar todos: "La lucha contra la pobreza, tanto material como espiritual; edificar la paz y construir puentes. Son como los puntos de referencia de un camino al cual quisiera invitar a participar".

Joan Carreras

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(1) Voz Pobre en Wordreference
(2) Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Madrid 2010, p. 105.




 

domingo, 24 de marzo de 2013

Domingo de Ramos




Entrada en Jerusalén - Pietro Lorenzetti - 1320


Entrada en Jerusalén - Giotto di Bondone - 1306


Entrada de Jesús en Jerusalén - Pedro de Orrente Jumilla - 1620


Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó dos discípulos, diciéndoles: 
-«Id a la aldea de enfrente, encontraréis en seguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo, contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto.» 
Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta:
«Decid a la hija de Sión: "Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila".» 
Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: 
-«¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!» 
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada:
-«¿Quién es éste?»
La gente que venía con él decía:
-«Es Jesús, el Profeta de Nazaret de Galilea.»

Mateo 21, 1-11 






viernes, 22 de marzo de 2013

Comienzo de la Semana Santa


 

Salida de la Dolorosa de la iglesia del Mercado
 


La Dolorosa a su paso por la catedral leonesa
 
 
 



La Semana Santa leonesa comienza hoy, Viernes de Dolores, con la procesión de la Dolorosa, organizada por la parroquia de Nuestra Señora del Mercado.

Las campanas de la iglesia del Mercado anuncian la salida procesional de su Virgen "la Morenica". Arropada por los mozos del Mercado, escoltada por el sonido de los tambores, velada por un centenar de manolas y bajo la mirada de miles de leoneses, tan tradicional procesión recorre el casco histórico despertando contenida pasión a su paso.


  

 


Canto de la Salve a Nuestra Señora del Mercado en la plaza de Santo Domingo, el viernes de Dolores durante la procesión de la Dolorosa.
Es impresionante.




 

jueves, 21 de marzo de 2013

Anoche cuando dormía...

 
 
 
 
Corazón de agua. Marta Edith



Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

 



Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
 
Antonio Machado 



¡Feliz primavera!




martes, 19 de marzo de 2013

No estás deprimido...estás distraído...







No estás deprimido, estás distraído... por tu ego, que distorsiona, contrario a la inocencia que aclara. El ego confunde a las cosas con su juicio, cree que las cosas son lo que él piensa que son, es más, el ego cree que las palabras son las cosas. El ego no vive, interpreta, es una constante actuación que nunca alcanza la realidad. En tanto la inocencia, trata a todos por igual, está más cerca de la felicidad, de la riqueza, de la tranquilidad. La inocencia ve todo con asombro, nos lleva de fiesta en fiesta. La inocencia, cree lo que es una bienaventuranza, es excitante, porque ve todo por primera vez, para ella el mundo está lleno de novedades, todo es un espejo, porque en la inocencia, tomamos conciencia de que somos parte de Dios, es decir,  el que se ve así mismo en todas las cosas...

El inocente, se divierte fácilmente porque todo le llama la atención: una vaca pastando, el tronco de un viejo árbol, las mariposas negras sobre los trigales dorados, el colibrí detenido en el aire, el panadero sacando el pan del horno, la noche estrellada, la lluvia del invierno, los leños ardiendo en el hogar, los papeles de Matisse, las cabañas de las hormigas, las de los beduinos, el sermón del domingo a la mañana, el fútbol del domingo a la tarde.






El ego les pone nombre a las cosas, pero el inocente las ve; el ego las juzga, el inocente las vive; el ego divide, la inocencia armoniza diferencias; el ego depende de la mente, el inocente del corazón. El ego es viejo, depende de la memoria. El inocente está naciendo a cada instante, el ego nos agota, siempre lucha. El inocente, flota graciosamente, siempre se entrega. El ego se aburre porque no puede dejar de buscar. El inocente va de asombro en asombro, siempre encuentra y pude quedarse por la eternidad gozando el mismo caballo o la misma flor o la misma estrella. El inocente está tan entregado a la vida, que cambia como ella constantemente, por ello lo mismo nunca es lo mismo, la inocencia es fresca para siempre.

Ahora que estás solo y tranquilo, olvida lo que eres, eso es creación de los demás, escucha tu corazón... ¿Qué quieres ser?¿ Qué quieres hacer ahora, porque la vida es ahora mismo?

Olvida lo que crees que eres y comienza de cero ahora mismo, entonces convivirás con todos fácilmente. Es tan grato vivir si divisiones, bueno-malo, rico-pobre, negro-blanco, amigo-enemigo, compatriota-extranjero, es tanta la liviandad cuando no hay enemigos, que podemos volar en cualquier momento porque la alegría tiene la simpatía de la magia.






No perdiste la inocencia, sólo la ocultas por miedo a la burla de los que sólo pueden catalogar porque la perdieron. Déjala salir y recomenzarán los juegos de tus primeros años, ahora enriquecidos por la inteligencia, libérate de los preconceptos de la memoria, mira todo como primera vez, te salvarás del aburrimiento que ensombrece a los que creen saberlo todo.
No confundas a la actividad, con la vida. Ahí está el sol, exactamente ahí, para que lo veas. Ahí está el árbol hace muchos años, para que te des cuenta que es una maravilla. Libérate de la imagen que te ayudaron a forjar los demás y volverás a la inocencia, nuestro estado natural, así estarás contento con las arrugas que confirman todo lo que viviste, es más, sólo en la inocencia sentirás, que eres parte de lo que te rodea, sólo en la inocencia puedes ver a Dios.

Facundo Cabral








lunes, 18 de marzo de 2013

Camino hacia la Pascua





 El Greco, Cristo como Salvador



Hoy, he asistido a una charla impartida por D. Jesús García Recio, y quiero compartir, en líneas generales, su contenido, porque me parece muy clarificador:


Camino hacia la Pascua

Jesús  siguió este itinerario:

1. Venir a los caminos del mundo
"(María) dará a luz un hijo, y (José) le pondrá por nombre Jesús, pues él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21)
2. Salir al encuentro del hombre
"Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo" (Mt 4,23)
3. Alumbrar los caminos
"Y al pasar, vio Jesús a un ciego de nacimiento...mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo" (Jn 9, 1-5)
4. Bajar a los ríos
"Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán" (Mc 1, 9)
5. Descender al valle
"Después de decir esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto" (Jn 18, 1)
6. Enseñar el camino
"Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de caminar a Jerusalén" (Lc 9, 51)
7. Subir a los montes
"Los once discípulos fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había citado" (Mt 28, 16).



 Fra Angélico, Natividad


1. ¿Cómo dar con el camino de Dios?  Él, discretamente, nos va llevando por sus caminos.
Señalización clara: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida...", por si existe alguna duda para nosotros, Él nos señala el Camino...
Nuestros caminos terminan en la Pascua, nuestra Pascua última y definitiva.
Antes de entrar en el vientre de nuestra madre, ya estábamos en la intención de Dios. Todos tenemos una genealogía, y Jesús vino también con una genealogía.
Llegamos al mundo bien protegidos, por una historia previa, que es el propósito de lo que Dios quiere de nosotros. Necesitamos un sí de alguien que nos quiera traer a este mundo: nuestra madre. Lo mismo pasó con Jesús que, sin el asentimiento de María, no hubiera nacido.
En el vientre de nuestra madre, nos vamos programando.
Después nos ponen un nombre propio, que nos identifica, y al que hay que ser fieles. Jesús y Emmanuel, le ponen. No es un anónimo, es una persona concreta. Y sabe lo que tiene que hacer. Vino para salvar al mundo de sus pecados, ya lo sabe desde Niño. Ha venido a salvar a los hombres. Y al que le pide, Jesús le salva. Este nombre propio le preservó de no desencaminarse (no es banal el nombre propio que llevamos). Su segundo nombre propio fue Emmanuel, que significa "estar con": Salvador, acompañante de la humanidad.



Nikolay Andreyevich Koshelev, Jesús


2. Cuando suceden desgracias, nos preguntamos: ¿Dios está? ¿Existe o no existe? ¿Nuestro mundo es un mundo acompañado? Siempre sale esta pregunta ante cualquier desgracia. No nos casa que exista la Bondad Suprema, que es Dios, y la triste realidad: enfermedad, hambre, guerra...
Pero Dios anda por los caminos de este mundo. Por tanto, atiende esta petición de Moisés: "Ten a bien, Señor, andar en medio de nosotros". Y el Señor, con su venida, está con nosotros. Yavé, significa esto: "estar con nosotros".
"Yo soy el Camino", y sus caminos, son sus caminos, no podemos salir, ni ser marginales.

Todos debemos acompañar a los demás. El que vive en un monasterio, vive acompañando a los demás, rezando por los demás. Tenemos que salir al encuentro del hombre.
En la filosofía del siglo XX,  prevalece esta idea: Dios se ha ausentado, somos rechazados por Dios.
Mi corazón te habla, no ocultes tu rostro, préstame oído, no te quedes en silencio...invocamos a Dios....
Los eclipses de Dios son para todos. Para algunos serán más difíciles, y para otros más luminosos. Hay silencios particulares y hay silencios sociales, pero Dios sale al encuentro del hombre: "El Espíritu del Señor está sobre mí..."

En medio de la soledad, va a salir la nueva Luz de Dios. Jesucristo es la nueva Luz de Dios. Ya viene como un Niño iluminado. El Señor Jesús, lo que dice, lo hace. Se encuentra con los enfermos, y es cuando se hace más patente, en la enfermedad y en la muerte. Que Dios esté a nuestro lado en la enfermedad y en la muerte, nos despeja todas las dudas. Pero no nos fuerza: ¿quieres curarte? Jesús va directo al encuentro del enfermo, pero no invade, respeta al hombre y espera.
Nosotros también tenemos que salir al encuentro de los demás.



Curación del ciego


3. Alumbrar los caminos. Aunque Jesús nace de noche, es un Niño luminoso. Alumbra en lo concreto, y lo hace a través de los ciegos. Se fija en el ciego de nacimiento, en Jerusalén, y le dice: "Yo soy la Luz del mundo..." Se fija en ese ciego y lo reconstituye. Viene para alumbrar los caminos, y trabaja para dar Luz a los hombres. Nos dice: "vosotros sois la luz del mundo". Pero debemos ser una luz significativa, que no se confunda con la luz del mundo. Y la comunidad cristiana se lo tomó tan a pecho, que hay signos de luz por todas partes, ya desde el bautismo, con la vela...
De ahí el salmo: "Todos nosotros somos hijos de la Luz, lo nuestro es el amanecer y el día..."
Es necesario alumbrar los caminos en medio de estas oscuridades.



 Bartolomé Esteban Murillo, El bautismo de Jesús



4. Jesús baja al río, es su bautismo. ¿Por qué baja al Jordán? Por rebajarse, porque allí sólo bajan los pecadores. Existe una comunión con lo propio de esta tierra. Jesús se pone a la cola de los pecadores, no busca ponerse el primero. Se pone a la cola, y este ejercicio se lo propone a sus discípulos. Todo bautismo es un abajamiento, un reconocimiento de que somos pecadores, pero de esa misma fragilidad, aflora nuestra salvación. Hay muerte para nuestro pecado, y hay un renacer. Formamos parte de la masa que necesita redención.



El Greco, Agonía en el Huerto de Getsemaní


5. Hay que bajar al valle desde el río: aceptar nuestra agonía, en el sentido de lucha. Todos hemos de entrar en la lucha agónica, en la interioridad, que es donde se libran las batallas más duras.
Y en las características de la bajada al valle, encontramos Getsemaní. ¿Qué acontece allí?: angustia, soledad, quedan pocos compañeros y en la lucha interna nadie nos puede acompañar. Los demás pueden velar, pero incluso se duermen, y el que está en la agonía es el Señor Jesús.
¿Qué gestos aparecen?:
- Postrarse por tierra. Reconocer nuestra condición terrena.
-Caer de rostro a tierra, encontrarnos con nuestra propia realidad, con los ojos viendo la tierra. Esta es nuestra verdad: somos humus, y con decir esto, ya está todo dicho.
-Y desde aquí, desde la extrema necesidad, es cuando mejor imploramos al Padre, brota la palabra ¡Padre! Y Dios atiende, porque nos está viendo.
Y surge la confesión. Jesús nos da la fórmula: "Todo para ti es posible...". Confesamos el poderío de Dios. Nosotros no somos nada, y esto es necesario mantenerlo y no olvidarlo.
Bajamos al valle y nos despojamos de lo que no nos conviene. Pasamos de nuestra orilla a la orilla de Dios. Dejamos nuestra orilla, y pasamos a su orilla, hacemos su voluntad. Es la desapropiación: que se haga su voluntad. Sin Getsemaní, no hay Pasión.

Esto nos sucederá a todos, a todos, tarde o temprano.



Juan de Juanes, La Última Cena
 

6. El camino hacia la Pasión es una escuela, en la que todos somos discípulos y somos maestros, porque Jesús nos ha constituido en maestros. Él tiene un título: El Maestro. Su escuela es la escuela de la Pasión. Baja desde donde nace el Jordán, y desde allí va bajando hasta subir a Jerusalén.
En la escuela se aprende repitiendo, y Jesús insiste siempre: "El Hijo del hombre va a ser entregado...". La escuela cristiana es pasional, en este aula aprendemos a entregar la vida en favor de los demás. No amamos el sufrimiento, pero lo amamos porque podemos ayudar a salvar a los demás.
¿Qué ocurre en esta escuela? Pedro, al que escoge como el mejor, le reprende, le increpa duramente, y Jesús, con paciencia, le corrige. No entendían que el que viene a salvar, sea el más postrado.
Pero en esta escuela vamos aprendiendo.
Los discípulos no se enteraban. Jesús repetía y repetía. "El Hijo del hombre va a ser entregado....", y ellos discutían sobre, por ejemplo, quién era el más importante...
Así es la nueva evangelización: volver a insistir e insistir (Zebedeo, por ejemplo, le salta con algo que nada tiene que ver). La evangelización continuará hasta el final de los tiempos. Como buen Maestro, les enseña hasta el final: con el pan y la sangre, que es la última lección del Señor Jesús.



Rafael de Sanzio, La Transfiguración



7. El último tramo es subir a los montes. Los montes para Jesús fueron muy importantes. Su última indicación fue ir al monte. Va a los montes para enseñar. Las bienaventuranzas tienen lugar en el monte. En el monte da de comer con los panes y los peces. El monte es también un lugar de encuentro con la tentación que tiene que vencer, y es también un lugar de peligro, porque lo intentan despeñar. Y sube también al monte para elegir a los discípulos, y convocó allí a los que Él quiso.
El monte fue también el testigo de su agonía, y después está el monte de la Misión: allí cita a sus discípulos. Para descender está el vientre de su Madre, pero para subir a Dios está la montaña. Cuando subimos todo nos parece más claro (en la montaña se va mejor hacia Dios que en Madrid o que en Ordoño II, calle principal de León, nos dice bromeando).
En el monte donde se produjo la transfiguración, se reconoce a Dios como Luz. Hay algo divino en la montaña, son inmensas, estamos en su terreno, en el terreno de Dios.



Raúl Berzosa, Crucifixión (Vera Cruz)



El monte de la Crucifixión. Hay que estar atentos a los relatos para entender el Gólgota (Calvario). En este monte hay tinieblas, ya no hay luz. Dios está ensombrecido. Hay que subir en solitario, es una subida trágica porque hay un peso que llevar, y en el caso del Señor, es la Cruz (caídas, dificultades...). Le acompañan discretamente las mujeres, le atienden y sufren con Él. Y existe una ayuda, la del Cirineo. Sigue la tentación que ya se manifestó en el desierto, y en Getsemaní. Y Jesús se mantiene fiel: si ha venido a salvar a todos, no puede salvarse a sí mismo. Es considerado un malhechor, y se dirige a un lugar desacralizado. Una tarde que se llena de oscuridad, con tinieblas, es el eclipse de Dios. En el Tabor hay vestidos luminosos y aquí, en el Calvario, hay desnudez total. Dios se nos muestra en estado de extrema depravación (le representamos con un paño, pero estaba desnudo y ensangrentado). ¿Cómo es posible reconocer a Dios en esta circunstancia? Nadie lo ve, nadie lo identifica. Es un escándalo. No es un monte claro y patente. El centurión es el único que es capaz de encontrar en esa cara al Hijo de Dios, y también el buen ladrón. Es un monte muy difícil.



 John Singleton, La Ascensión


Monte de la Pascua: la Ascensión. Ya todo está más tranquilo. Está bendiciendo. Es un monte espléndido.

En el monte de la Misión, en Galilea, está ya todo aclarado.





domingo, 17 de marzo de 2013

Cultivo una rosa blanca








Cultivo una rosa blanca
en junio como enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.


José Martí





Salvador Bacarisse - Romanza


¡Feliz domingo!







sábado, 16 de marzo de 2013

Caminar, edificar, confesar.



 



El Papa Francisco celebró su primera Misa como pontífice en la Capilla Sixtina.

En su primera homilía dijo que para ser auténticos discípulos de Cristo hay que caminar a la luz del Señor. Pero siempre pensando en la cruz, porque si no se cuenta con la cruz, ha dicho, no se puede ser auténtico seguidor de Cristo. “Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo”, recordó.

 
TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA


En estas tres lecturas existe algo en común: el movimiento. En la primera lectura el movimiento es el camino; en la segunda lectura, el movimiento está en la edificación de la Iglesia; en la tercera, en el Evangelio, el movimiento está en la confesión.

Caminar, edificar, confesar.

Caminar. “Casa de Jacob: Venid, caminemos a la luz del Señor”. Esta es la primera cosa que Dios dijo a Abraham : “Camina en mi presencia y sé irreprensible”. Caminar: nuestra vida es un camino. Cuando nos detenemos, la cosa no funciona. Caminar siempre, en presencia del Señor, a la luz del Señor, tratando de vivir con aquel carácter irreprensible que Dios pide a Abraham, en su promesa.
 
Edificar. Edificar la Iglesia. Se habla de piedras: las piedras tienen consistencia; pero las piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la esposa de Cristo, sobre la piedra angular que es el mismo Señor. Ese es otro movimiento de nuestra vida, edificar.
 
Tercero, confesar. Podemos caminar todo lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, la cosa no funciona. Nos convertiríamos en una ONG asistencial, pero no en la Iglesia, esposa del Señor. Cuando no caminamos, nos detenemos. Cuando no se construye sobre la piedra ¿qué sucede? Pasa aquello que sucede a los niños en la playa cuando construyen castillos de arena, todo se desmorona, no tiene consistencia. Cuando no se confiesa a Jesucristo, me viene la frase de León Bloy “Quien no reza al Señor, reza al diablo”. Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio.
 
Caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es tan fácil, porque en el caminar, en el construir, en el confesar a veces hay sacudidas, hay movimientos que no forman parte del camino: son movimientos que nos hacen retroceder.
 
El Evangelio continua con una situación especial. El mismo Pedro que ha confesado a Jesucristo, le dice: “Tú eres Cristo, el Hijo del Dios vivo. Yo te sigo, pero no hablemos de Cruz. Esto no cuenta”. “Te sigo con otras posibilidades, sin la Cruz”. Cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor.
 
Quisiera que todos, después de estos días de gracia, tengamos la fuerza - precisamente la fuerza - de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, que ha sido derramada sobre la Cruz; y de confesar la única gloria, Cristo Crucificado. Y así la Iglesia irá adelante.
 
Deseo que el Espíritu Santo, la oración de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda a todos esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado. Así sea.
 
 


 
 

viernes, 15 de marzo de 2013

Dulcerías

 
 
Dulces ricos, ricos, muy fáciles y económicos...
 


LECHE FRITA

INGREDIENTES
1/2 litro de leche, 100 gramos de harina, 100 gramos de azúcar, 1 cáscara de limón, 1 huevo, pan rallado, canela, azúcar glas, aceite.

PREPARACIÓN
Este postre puede prepararse de un día para otro. Se mezclan en un cazo la leche, tres cucharadas de azúcar, la cáscara de limón y la harina; se acerca al fuego y se cuece removiendo constantemente para que no se formen grumos, hasta conseguir una crema espesa. Alcanzado su punto, se retira la cáscara de limón y se vierte el preparado sobre una fuente plana, dejándolo enfriar.

Ya fría, se corta la crema en cuadrados, que se rebozan primero en huevo batido y luego en pan rallado y se fríen, a continuación, en una sartén con abundante aceite caliente. Una vez hayan tomado color, se escurren de aceite y se pasan a una fuente, espolvoreándolos con azúcar y canela molida antes de servirlos calientes o fríos.

 


 

SUSPIROS DE MONJA

INGREDIENTES
250 gramos de harina, 75 gramos de mantequilla, 25 gramos de azúcar, 4 huevos, 1 vaso de leche,
corteza de limón, azúcar glas, aceite, sal.


PREPARACIÓN
Se pone a hervir en un cazo la leche junto con la mantequilla, el azúcar, un pellizco de sal y una corteza de limón. Cuando rompa el hervor, se retira la corteza de limón y se añade la harina removiendo sin parar. Se deja cocer por espacio de 20 minutos, sin dejar de revolver con ayuda de una cuchara de madera para que no se pegue ni forme grumos.
Transcurrido este tiempo, se retira el cazo del fuego y, después de unos momentos, se agregan los huevos, uno a uno, sin parar de batir y no echando el segundo hasta haber incorporado bien el primero. Una vez todo unido, se toman pequeñas porciones —del tamaño de una nuez— y se fríen en una sartén con abundante aceite caliente hasta que están doradas.
Ha de tenerse en cuenta que los suspiros crecen mucho en la sartén y ellos solos dan la vuelta en el aceite. Por último, y ya en su punto, se escurren bien y se pasan a una fuente para espolvorearlos con azúcar glas antes de servirlos.


 


VIRUTAS DE SAN JOSÉ

INGREDIENTES
150 gramos de mantequilla, 150 gramos de azúcar, 150 gramos de harina, esencia de vainilla, azúcar para espolvorear.

PREPARACIÓN
La mantequilla se pasa a un recipiente apropiado y se trabaja mezclada con el azúcar, hasta dejar una crema muy fina. Se añaden seguidamente la harina y un poco de vainilla para formar una masa que se pueda moldear bien; en caso de necesitarlo, se agrega algo más de harina, también se pueden incorporar, según los gustos, dos o tres cucharadas de almendra molida.
Con la ayuda del rollo se extiende la masa para dejarla muy fina, se corta en tiras y se enrollan en cañas o canutillos, metiéndolas a cocer a horno fuerte-moderado hasta dorarlas. Se dejan enfriar, se retiran las cañas y se espolvorean de azúcar antes de servirlas.
Son populares las virutas de Zaragoza. Las hacen de gran calidad en el monasterio de Nuestra Señora de Gradafes (León).

Suculentas, para celebrar el día del padre.




 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Papa Francisco


  
 

 
Gracias, Señor, por el nuevo Papa, Su Santidad Francisco.
 
 
 

 
 
 
 
 

martes, 12 de marzo de 2013

"Veni Creator Spiritus"

 


 


 

El himno Veni Creator Spiritus invoca la presencia del Espíritu Santo. Se reza o canta en latín desde hace doce siglos de manera solemne, especialmente en la celebración litúrgica de la fiesta de Pentecostés, así como al principio del cónclave cuando los cardenales eligen al nuevo papa, durante la consagración de obispos, la ordenación de presbíteros, la confirmación, la dedicación de templos y la celebración de sínodos y concilios.
 
 
 
Ven Espíritu creador;
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones
que Tú mismo has creado.

Tú eres nuestro consuelo,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú el dedo de la mano de Dios,
Tú el prometido del Padre,
pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros corazones
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.

Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía
evitaremos todo lo que es nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre
y también al Hijo y que en Ti,
que eres el Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.

Gloria a Dios Padre
y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.

Amén

 
 

 

domingo, 10 de marzo de 2013

Tortas de la Asunción





Colegio de la Asunción, León (España)



“En la educación, una filosofía, un carácter, una pasión. Pero ¿qué pasión dar? La de la fe, la del Amor, la de la realización del Evangelio”.
Santa María Eugenia de Jesús


En todo convento se elaboran dulces y otros manjares que hacen las delicias del paladar. Y las  religiosas de la Asunción preparan exquisitas tortas.

Este dulce se cocina en todas las comunidades religiosas de la Fundación. Además del día de la Asunción, también el día 10 de marzo, fiesta de la fundadora (María Eugenia Milleret), y el día 30 de abril, fecha de la fundación de la Asunción.

El origen de tan rico dulce, es el siguiente, como nos explica sor Natalia: “Nuestra congregación fue fundada en una gran pobreza”. Para la primera fiesta de la Asunción, una de las superioras acudió a la cocina desesperadamente suplicando a la cocinera que elaborara algo para ofrecer a las novicias por ser la primera fiesta. A esta petición contestó con asombro: “Pero si no tengo nada... tan solo un poquito de manteca de cerdo y harina”.
Y ese fue el punto de partida. “Con eso hizo ella una masa y la quebrada, y la estiró con el rulo, después la puso en tarteras y con una rondela las hizo bonitas, añadiendo después mermelada. Así nacerían las tortas de la Asunción”.

Hoy en día los ingredientes que se vienen aplicando, durante estos días previos a la fiesta, son los mismos de siempre:
500 gramos de margarina; 100 gramos de manteca de cerdo; agua; sal, y después se agrega mermelada cuando ya está cocida. Una delicia de forma circular que posteriormente se trocea. No es un producto de venta externa, tan sólo se hace para la Comunidad los días señalados y para los amigos que la visitan.

En las fiestas del colegio esperábamos las suculentas tortas que las madres, como nosotras las llamábamos, nos preparaban con mucho cariño.
He encontrado la receta, son deliciosas. En nuestro Colegio siempre se tomaban con mermelada de melocotón.

En mi recuerdo, querido Colegio.
Creo que cada uno de nosotros tiene una misión en la tierra. Es simplemente una cuestión de buscar la forma en que Dios puede usarnos para hacer su Evangelio conocido y vivido.
 Fragmento del Credo de santa María Eugenia de Jesús






La Asunción en el Mundo.

¡Abrazos!!!






sábado, 9 de marzo de 2013

Dulce soneto

 
 
 
Beatrice Offor - El  Rosario



Soneto a la supuesta monotonía del Rosario


Rítmica, mansa, la oración camina
con la dulce cadencia persistente
con que deshace el surtidor la fuente,
con que la brisa la hojarasca inclina.


Tú que esta amable devoción supones
monótona y cansada y no la rezas
porque siempre repite iguales sones...


Tú que no entiendes de amores y tristezas:
¿Qué pobre se cansó de pedir dones,
qué enamorado de pedir ternezas?
 
 
Marcelino Menéndez y Pelayo
 

 
Hoy, sábado, es el día del rosario bloguero, cuya iniciativa partió de este enriquecedor blog, Siete en familia.
Muchas gracias.
¡Feliz día para todos!

 
Para Magda, por un regalo tan bonito. Gracias, querida amiga.



 
 
 

jueves, 7 de marzo de 2013

El Santo Rosario II

 
 


 
Entre las estructuras tachadas de anticuadas y pasadas está el ROSARIO. Se quiere destruirlo, sin mejorarlo. Nada nuevo que lo sustituya se ha propuesto.
 
 ¿YA PASÓ?
 
Existe en la praxis de la Iglesia una norma de fe, por la cual una verdad aceptada por la práctica general del pueblo cristiano, es norma general que la iglesia puede fomentar.
El ROSARIO germinó en el corazón del cristiano desde el momento en que se estructuró el AVE como plegaria mariana eclesial.
Esa plegaria a María alegró a los cristianos desde las catacumbas.
Fue luego ordenada y difundida por Santo Domingo de Guzmán.
Los pueblos y los tiempos lo transformaron en arma de combate (Cruzadas), en asambleas de primavera cristiana (mes de Mayo), en salmodia consoladora (entierros), en adorno ornamental (hábitos religiosos, alcobas, estatuas...), en signo de amor, felicidad y fe (matrimonios, primeras comuniones); en fin, en algo tan arraigado que sigue indestructible.
Los santos lo han tenido como medio eficaz de la santidad de su vida.
No hubo tiempos sin dificultades.
La Iglesia los tuvo. Y ahora también los tiene. Pero siempre ha salido vencedora.
Un visionario moderno -P. Kolbe- predijo el triunfo de la Virgen en el corazón mismo del enemigo más hostil a la Iglesia, el comunismo materialista.
Su éxito, la devoción a María.
Su medio, el Rosario.
Su arma, la medalla milagrosa.
 
 

   
 
..Y SIN EMBARGO, CONTINÚA
 
El cristiano moderno quiere rejuvenecer la Iglesia; anhela descubrir a Dios y conocer su palabra.
El ROSARIO responde a este deseo.
El ROSARIO es la BIBLIA de los pobres de espíritu, llamados por Cristo "bienaventurados".
El ROSARIO es la PALABRA DE DIOS que resume en Cristo la Alianza que preparó la redención y que ahora la Iglesia conserva y administra.
El ROSARIO rejuvenece la fe y la vida. 

Retazos de la vida del padre Kolbe, págs. 125-126