Pequeña espigadora. La niña de la gavilla
"Sé muy bien que es difícil hacer comprender que una pintura puede ser muy grande y, al mismo tiempo, alegre."
Pierre Auguste Renoir es el pintor impresionista que mejor transmite la alegría de vivir, dotándola de una luz fresca, trazo limpio y color intenso. La obra de arte debe cautivar al espectador, decía.
Contemplar sus lienzos es adentrarse en un mundo tranquilo, sencillo, afable, con una compañía afectuosa y en un entorno reconfortante.
Los impresionistas eran considerados radicales en su tiempo, ya que rompieron las reglas de las formas tradicionales de la pintura, y trabajaban fuera del estudio. Renoir no consideraba su arte político o moral, sino simplemente una alegría para crear. Se entregó a la pintura intensamente y dedicó su vida a ello; era su pasión, lo que le hacía feliz, pese a las penurias económicas que sufrió hasta alcanzar su reconocimiento.
En su arte no existen mensajes que adivinar, todo es claro, sencillo y directo. Sus personajes se muestran sonrientes, serenos y en calma. Gleyre, pintor contemporáneo suyo, le reprochó que pintaba solo por divertirse, a lo que Renoir respondió que naturalmente, y que si el pintar no le hubiera divertido, nunca lo hubiese hecho.
Nacido en Limoges en 1841 y en una familia de artesanos, amaba el campo y la sencillez de la vida rural:
"A veces hablo como los campesinos del sur. Dicen que son unos desafortunados. Yo les pregunto si están enfermos y me dicen que no. Entonces son afortunados; tienen un poco de dinero, por lo tanto, si tienen una mala cosecha no pasan hambre, pueden comer, pueden dormir y tienen un trabajo que les permite estar al aire libre, a la luz del sol. ¿Qué más pueden desear? Son los hombres más felices y ni siquiera lo saben. Después de unos cuantos años más, voy a abandonar los pinceles y dedicarme a vivir al sol. Nada más."
Desde muy temprano se sintió atraído por el arte. Trabajó en una fábrica de porcelanas y después pintando abanicos, al mismo tiempo que estudiaba en la Escuela de Diseño y Artes Decorativas. Su pasión por la pintura le hizo titularse con éxito en la Escuela de Bellas Artes y participar en los cursos que el pintor suizo Charles Gleyre impartía en su taller. Allí fue donde conoció a los que fueron sus amigos y compañeros de viaje, Sisley, Monet y Bazille.
En 1880, se enamoró de Aline Charigot, 20 años menor que él, que le dio tres hijos, Pierre, Jean y la pequeña Claude (Coco) y con la que vivió una vida tan apacible como su arte.
El amor que demostró por su trabajo fue siempre admirable: "Trabajar con amor es el secreto de la felicidad."
¿Qué deseaba transmitir Renoir en sus lienzos?
¿Qué deseaba transmitir Renoir en sus lienzos?
Marie Thérèrese Durand Ruel cosiendo
Deseaba que el color resonara con rojos y tonos vibrantes...
"Yo pongo ante mí el objeto tal y como yo lo quiero. Entonces empiezo y pinto como un niño. Quiero que un rojo sea auditivo y resuene como una campana, de no ser esto, añado todavía rojos y demás colores, hasta lograrlo. No soy más astuto en esto. No tengo reglas, ni métodos".
La primera salida o En el palco
Mujer de azul
Retrato de Teresa
Y con azules delicados o intensos, transmitiendo su habitual sentido de la armonía cromática:
"Una mañana, uno de nosotros al que le faltaba el negro, se sirvió del azul: había nacido el impresionismo". Y añadía: "Es el color el que debe controlar la estructura, no el dibujo."
En la terraza (Dos hermanas)
Deseaba que su obra reflejara lo hermoso:
"Para mí, un cuadro debe ser algo amable, alegre y hermoso, sí, hermoso. Ya hay demasiadas cosas desagradables en la vida como para que nos inventemos más."
Muchacha pelirroja con ramo de tulipanes
Que el espectador se sintiera golpeado por la belleza:
"No hay una sola persona o un paisaje o sujeto que no posea algún interés, aunque puede no ser evidente de inmediato. Cuando un pintor descubre este tesoro oculto, otras personas se golpean inmediatamente por su belleza."
El libro ilustrado
Acariciando cada lienzo:
"No basta con que un artista sea un hábil artesano, debe amar y acariciar su lienzo también."
El Sena en Asnières
"Me gusta una pintura que me hace querer pasear en ella."
Nunca disfrutó de buena salud. A lo largo de los últimos veinte años de su vida, Renoir debió padecer permanentes dolores. Sufrió una artritis reumatoide que le impedía coger muchas veces los pinceles. A pesar de la fragilidad de su estado, su fantástica sed de vida y pasión creadora no se apagaban:
"El dolor pasa, pero la belleza permanece."
"El dolor pasa, pero la belleza permanece."
Solo la muerte de su esposa Aline en 1915, sumió a Auguste en la soledad. Siguió pintando hasta el final y falleció víctima de una neumonía, en Cagnes-sur-Mer, cuatro años más tarde, el 3 de diciembre de 1919, celebrando la alegría de vivir después de haber pintado un ramillete de anémonas, su última naturaleza muerta. Como comentaba Henri Matisse: "Mientras su cuerpo se desgastaba, su alma parecía cobrar fuerza, y él expresaba sus ideas con una gran facilidad.”
Si bien no hablaba demasiado de sí mismo, parece ser que tenía una visión creyente de la existencia humana:
Si bien no hablaba demasiado de sí mismo, parece ser que tenía una visión creyente de la existencia humana:
"La religión está en todas partes, está en la mente, en el corazón, en el amor que pones en lo que haces". Y añadió: "Te dicen que un árbol es sólo una combinación de elementos químicos. Prefiero creer que Dios lo creó, y que es habitado por una ninfa."
A la orilla del lago
El pintor de la alegría, de paisajes que invitan al sosiego y reflexión, de natural afable y afectuoso, de mirada aguda y serena pero revolucionaria en las formas, nunca dejó de tener motivos para pintar la vida de colores:
"Mi existencia ha sido exactamente lo contrario de lo que debería haber sido [...] Me han representado como un revolucionario a mí, que soy el más chapado a la antigua de todos los pintores."
Pierre Auguste Renoir: Jardines y flores
"Cuán difícil es encontrar en un cuadro el punto exacto donde detenerse en cuanto a la imitación de la Naturaleza."
Que preciosidad!
ResponderEliminarGracias por transmitirme alegría a traves de Renoir
Un Beso
¡Me alegro de tu alegría! ¡Feliz fin de semana!
EliminarUn beso, Princesa.
Qué maravilla de entrada la de hoy. Te ha quedado REDONDA:
ResponderEliminarVale, Tracy...¡Redonda!, je,je...
EliminarUn beso fuerte.
Hace tiempo publiqué una entrada sobre una exposición de Renoir, a Arcendo le gustó mucho, pero no tiene nada que ver con este fantástico post tuyo, por lo que cuentas y por los cuadros, estos me gustan mucho más, si que comunican alegría.
ResponderEliminarSiento que se lo haya perdido nuestro Capitán, claro que segurísimo que lo ha visto por un agujerito, ya decía yo que el 25 había una nube extraña en el Cielo.
De veras, Rosa, me ha gustado muchísimo, volveré a verlo más veces.
Un beso grande.
¿Tú crees que había una nube extraña?, puede ser...quién sabe...qué simpática eres, Militos...
EliminarMe alegra que te guste.
Besiños de colores intensos y delicados...
Maravilloso pintor. Genial.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Elena.
EliminarSaludos.