Este sábado es el más vacío. Cuando Dios descansó de su existencia. Cuando los hombres no piensan en nada. Cuando la historia dijo: hasta aquí hemos llegado, porque el cuerpo de Dios descansa en paz.
José M. Ibáñez Langlois
En ese «tiempo más allá del tiempo», Jesucristo «descendió a los infiernos». ¿Qué significa esta expresión? Quiere decir que Dios, hecho hombre, llegó hasta el punto de entrar en la soledad máxima y absoluta del hombre, a donde no llega ningún rayo de amor, donde reina el abandono total sin ninguna palabra de consuelo: «los infiernos». Jesucristo, permaneciendo en la muerte, cruzó la puerta de esta soledad última para guiarnos también a nosotros a atravesarla con él. Todos hemos experimentado alguna vez una sensación espantosa de abandono, y lo que más miedo nos da de la muerte es precisamente esto, como de niños tenemos miedo a estar solos en la oscuridad y sólo la presencia de una persona que nos ama nos puede tranquilizar. Esto es precisamente lo que sucedió en el Sábado Santo: en el reino de la muerte resonó la voz de Dios. Sucedió lo impensable: es decir, el Amor penetró «en los infiernos»; incluso en la oscuridad máxima de la soledad humana más absoluta podemos escuchar una voz que nos llama y encontrar una mano que nos toma y nos saca afuera. El ser humano vive por el hecho de que es amado y puede amar; y si el amor ha penetrado incluso en el espacio de la muerte, entonces hasta allí ha llegado la vida. En la hora de la máxima soledad nunca estaremos solos: «Passio Christi. Passio hominis».
Da pavor pensarlo.
ResponderEliminarYo creo que es lo contrario, las palabras de Benedicto XVI hablan del Amor que todo lo penetra. Me parecen maravillosas.
EliminarUn beso fuerte, querida Tracy.