Enric Torres Prat
Una preciosidad de adagio el de Elgar. Con Jacqueline du Pré es inefable.
El Concierto para violonchelo en mi menor, Op. 85 es un concierto para violonchelo y orquesta escrito por Edward Elgar en 1919. Es una de sus obras más notables, piedra angular del repertorio para violonchelo solo.
Fue compuesto después de la Primera Guerra Mundial, momento en que su música había pasado de moda para el público aficionado a conciertos. En contraste con su anterior Concierto para violín que es lírico y apasionado, el Concierto para violonchelo es contemplativo y elegíaco.
La obra en sí es una cosa preciosa, muy simple (la embarazada simplicidad que ha llegado a la música de Elgar durante el último par de años) pero con una profunda sabiduría y belleza que subyace a su simplicidad, dijo de él Ernest Newman, en "The Observer".
Hola Rosa, ya todo vuelve a la normalidad, a la lucha cotidiana, mientras Dios ayude iremos dando pasos, aunque sean cada vez más lentos.
ResponderEliminarSabes cómo me gustan los Adagios, es una sensación interna, de dentro.
Confieso que con la Música me pasa lo mismo que con el Arte, no entiendo, sólo lo siento y muy adentro. Así el Adagio me llega al alma y éste que no conocía, de manera muy especial, para los momentos que estoy viviendo...
Esa lentitud, casi silenciosa que llega a lo más profundo como un quejido del alma y poco a poco asciende hasta convertirse en una explosión de sentimientos que ya no se pueden esconder ni arrinconar, sino gritarlos a los cuatro vientos.
Es maravilloso!!
Muchas gracias, querida amiga, me ha encantado tu post para este día.
BESIÑOS
Me llegó al alma también, de la misma forma que lo dices. Es maravilloso. Pensé en ti cuando lo escuchaba.
EliminarBESIÑOS, muy conectados, mi querida Militos.
Bella música. Que el nuevo año venga cargado de lo mejor para toda su familia.
ResponderEliminarUn saludo en Cristo.
Muchas gracias, hermanas.
Eliminar¡Feliz y santo año!
Muchos besos.