Hoy, fiesta del Corpus Christi, las catedrales y parroquias de todo el mundo se unirán durante una hora a la adoración eucarística que presidirá el Papa en la Basílica de San Pedro del Vaticano. La celebración, que tendrá lugar a las cinco de la tarde hora de Roma, se enmarca en el Año de la Fe y tiene como lema “Un solo Señor, una sola fe”.
En esa adoración, el Papa, y con él católicos de todos los países, rezarán por la Iglesia difundida en todo el mundo y pedirán en concreto que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra y que esta Palabra que salva pueda resonar brindando misericordia, consuelo, alegría y serenidad.
También se orará por cuantos en diversas partes del mundo sufren las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, trata de personas, narcotráfico y del trabajo esclavo, por los niños y mujeres que padecen todo tipo de violencia, así como por los que viven en la precariedad económica, sin empleo, ancianos, inmigrantes, sin techo, encarcelados y marginados.
En esa adoración, el Papa, y con él católicos de todos los países, rezarán por la Iglesia difundida en todo el mundo y pedirán en concreto que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra y que esta Palabra que salva pueda resonar brindando misericordia, consuelo, alegría y serenidad.
También se orará por cuantos en diversas partes del mundo sufren las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, trata de personas, narcotráfico y del trabajo esclavo, por los niños y mujeres que padecen todo tipo de violencia, así como por los que viven en la precariedad económica, sin empleo, ancianos, inmigrantes, sin techo, encarcelados y marginados.
El Pange lingua es uno de los himnos eucarísticos medievales más utilizados en nuestra liturgia actual. Su composición se atribuye a santo Tomás de Aquino (1225-1274). En el siglo XIII –y en todo el medievo– eran habituales este tipo de composiciones que desarrollaban una doctrina clara y segura sobre la eucaristía para mantener intacto el depósito de la fe, pero también para dejar claro qué doctrinas tenían un carácter herético y cuales no.
Canta, lengua, el misterio
del cuerpo glorioso
y de la sangre preciosa
que el Rey de las naciones,
fruto de un vientre generoso,
derramó como rescate del mundo.
Nos fue dada, nos nació
de una Virgen sin mancilla;
y después de pasar su vida en el mundo,
una vez esparcida la semilla
de su palabra,
terminó el tiempo de su destierro
dando una admirable disposición.
En la noche de la última cena,
recostado a la mesa con los hermanos,
después de observar
plenamente la ley
sobre la comida legal,
se da con sus propias manos
como alimento para los Doce.
El Verbo hecho carne
convierte con su palabra
el pan verdadero con su carne,
y el vino puro se convierte
en la sangre de Cristo.
Y aunque fallen los sentidos,
baste sólo la fe
para confirmar al corazón
recto en esa verdad.
Veneremos, pues, inclinados
tan gran Sacramento;
y la antigua figura
ceda el puesto al nuevo rito;
la fe supla
la incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo
sean dadas alabanza y júbilo,
salud, honor, poder
y bendición;
una gloria igual sea dada
al que de uno y de otro
procede.
Amén
No conocía los orígenes del Pange Lingua.
ResponderEliminarEs un himno para dejar las cosas claras, sin confusión posible...
EliminarUn beso fuerte.
Feliz ida del Señor querida Rosa!
ResponderEliminarHa sido una experiencia única, cuando en comunión
con toda la iglesia del mundo, con un solo corazón
ante nuestro Rey hemos orado y cantado las mismas cosas.¡Alabado sea el santísimo Sacramento del Altar!.Un abrazo fuerte. Bendiciones!!!
Fue una experiencia preciosa, todos juntos en comunión, emocionante...
EliminarUn beso muy fuerte, querida Marian.
Allí donde dos se unan para rezar, estaré con vosotros. No es literal, pero es el sentido. La fuerza de la oración se notará.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Fue muy bonito el acto; la fuerza de la oración se notará, claro que sí...
EliminarUn beso grande, querida Begoña. Me alegro mucho de encontrarte.