“Nos embarcamos en el Mediterráneo.
Es tan bellamente azul que uno no sabe cuál es el cielo y cuál el mar, por lo que en todas partes de la costa y de los barcos hay letreros que indican dónde es arriba y dónde abajo; de otro modo uno puede confundirse.
Para no ir más lejos, el otro día, nos contó el capitán, un barco se equivocó, y en lugar de seguir por el mar la emprendió por el cielo; y como el cielo es infinito no ha regresado aún y nadie sabe dónde está”.
Karel Câpek
Os dejo una obra que me han enviado hoy, no la conocía, muy alegre, perfecta para navegar con la imaginación, J.B. Accolay e Itzhak Perlam...
Querida Rosa. por fin puedo hoy entrar en tu blog, hija esta zona para internet es un desastre, aunque hoy parece que anda mejor. El domingo estuve leyendo tu post de León, tu querida tierra, con toda razón, pero no pude ver ninguna de las fotos ni entrar a comentar, Mañana si Dios quiere lo veré despacio, a ver si tengo suerte.
ResponderEliminarEste mar que se confunde con el Cielo es maravilloso y qué bien lo ra Karel Capek, no conocía nada suyo, me ha encantado, lo dice tan natural que te lo crees.
Estos días estoy muy ocupada poniendo la casa a punto para cuando empiecen a llegar los nietos.
Este año está todo más verde que otros, demasiado frondoso por la manía de Julio de plantar y plantar ramitas de árboles que luego se convierten en gigantes y sin embargo, me falta una HOJA que no encuentro por ningún lado. ¿Sabes tú dónde se encuentra?
Me gustó mucho tu comentario de ayer y te lo contesté en el blog.
Un beso, querida "compi," e quiero un montón."
¡Hola Militos! Lo que dices de Capek, es talmente lo que pienso, qué gracia, siempre coincidimos...
EliminarLa montaña también está frondosa, cuando llegamos ¡uf!, crece todo muy deprisa...jaja, no sé dónde está la Hoja, pero se la siente ¿no crees?
Descansa, ya tengo vacaciones, disfruto de no estar pendiente del reloj...
¡Mil besos!, yo también te quiero.