Jean Bourdichon. Libro de las Horas de Enrique IV, siglo XVI
Cuando Jesús se pone en oración, se dirige al Padre y dice: No se haga mi voluntad, sino la tuya (Mt 26,42). Cuando nos enseña a orar, nos dice que le pidamos al Padre que se haga su voluntad (Mt 6,10).
Cuando María Santísima ora al Señor, no tiene otra expresión: Se cumpla en mí tu voluntad (Lc 1,38).
Son los modelos perfectos de oración, que se te presentan para que los imites; aspira por lo tanto a esta oración más perfecta.
Alfonso Milagro, Cinco minutos con Jesús, págs. 120-121
Sábado, día del Rosario bloguero.
Gracias, César.
Siempre pensando en los demás.
ResponderEliminarNo hay como el ejemplo de una Madre. Un abrazo
ResponderEliminarEs la oración sobre toda oración. Muy fácil de decir, aunque no tanto cuando la incardinas en tu vida, pero es que la vida no tendría sentido alguno si no fuera para cumplir su voluntad.
ResponderEliminarQue cuadro tan precioso, Rosa, que bien refleja la plena aceptación.
Un beso fuerte, fuerte.